miércoles, 18 de abril de 2012

Sí, sí, esto es verdad


a sé que es domingo por la tarde, y que hay que descansar, pero esto tengo que contarlo. Esto que he vivido merece la calificación de "juzgado de guardia". Lo siento si esta resulta un poco larga, pero la historia merece la pena: 

Hace unos días acompañé a mi padre a la seguridad social a que le pusieran unas inyecciones para la espalda porque no se podía mover. Una  recepcionista ya mayorcita que se mordía las uñas nos atendió. Mi padre le enseñó las recetas y ella, con toda la calma y viendo a mi padre en su estado, le dijo que no servían porque no se las había recetado un médico de la seguridad social (se lo recetó un médico privado; sin comentarios).  

Tras una larga discusión, mi padre optó por quedarse esperando para que le viera un médico y se lo pudieran pinchar. Pasaron 2 horas y cuando quedaban 30 min. para cerrar se oyó a la única enfermera que quedaba : "Uuuh, me voy a cambiar que me voy a una cena". Acto seguido, la médico llamó a mi padre, y sólo con verle la cara le valió para aceptar y firmar esa receta. Entonces cogió el teléfono y llamó a la enfermera para que le pinchara. Se oyó una "enérgica" protesta de la enfermera, que debía estar cambiándose para irse media hora antes y no podía irse a causa de mi padre. 

Al final la enfermera pinchó a mi padre y le dio unas instrucciones para que otra le pinchara el día siguiente. Las instrucciones eran falsas. Nadie le pudo pinchar a mi padre el día siguiente. Lo sorprendente del asunto es que, según la doctora (una muy buena persona), la enfermera se marchaba 30 minutos antes y la propia doctora se solía quedar más tiempo del que estaba acordado( entre 20 min. y media hora) para terminar de atender a sus pacientes.

Tras haber visto esto con mis propios ojos, sólo quedan dos opciones: 
1) O poner una bomba 
2) O declararse en "insumisión" y dejar de pagar todos los impuestos. 

Pero ¿cómo  puede ser esto? En este país, el más tonto es el que viene a dar la nota. Una persona que ha estudiado una carrera de 10 años se queda a trabajar más horas de las correspondientes y la que ha estudiado un cursillo de adaptación (no se de qué tipo porque me pareció una verdadera inepta) trabaja menos que la doctora y cobra probablemente un sueldo muy parecido, al menos de procedencia (de nuestros bolsillos) y encima te mira con desprecio.  

Voy a dejar de escribir porque veo que me estoy descontrolando. Ahí queda eso. 

"Lo único que impide a Dios mandar un segundo diluvio, es que el primero fue inútil."

Chamfort

Álvaro M.

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