miércoles, 11 de abril de 2012

Duermo, luego existo

Curioso. Simplemente curioso. Así calificaría yo el día de hoy tras haber escuchado lo que he escuchado. 
No sé qué nos pasa a los españoles, tal vez tengamos cara de vagos, seamos vagos o ambas a la vez (lo que es aún peor). 

Lo que si sé es el por qué. Hoy en el colegio he vivido dos experiencias muy parecidas: La primera no la he vivido yo, pero la he oído. Por eso voy a contar la segunda. Hoy me han devuelto un trabajo con una nota relativamente baja. Al ver esta nota pensé "Vaya hombre, ¿qué me habrá faltado ahora?" (hace tiempo aprendí que hagas lo que hagas, siempre te quedas corto).

Hice la pregunta equivocada. Resulta que había cosas que no era obligatorio poner, y en un intento de mostrar interés, las puse. Craso error. El comentario del profesor fue: "Si puedes hacerlo más corto, por qué no lo haces más corto?" Además  resulta que otro profesor distinto se lo dijo a otro compañero mío hoy mismo. 

Yo, de verdad, no entiendo nada. Me parece aceptable que se penalice por algo que hay que no tiene nada que ver con el tema, pero que se penalice porque un trabajo tiene un par de imágenes que ilustran mejor las cosas... En fin, que ahora entiendo que los españoles, en nuestra "mismidad" (ser) no somos vagos, pero la sociedad nos vuelve vagos. Una generación se lo pasa a otra y a la otra y a la otra y por lo tanto, según esta teoría, debería de haber  algún  primer vago que volvió vago al resto. 

Mi más sincera enhorabuena para ese vago porque ha logrado su objetivo: su influencia ha llegado hasta mi generación. Por lo menos me ha salido una analogía de ITI, pero esa es otra historia...

Álvaro M. 

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