miércoles, 18 de abril de 2012

Algunos hombres buenos


Hace poco vi una película que me encantó. Se titula "Algunos hombres buenos". La verdad es que me hizo reflexionar sobre todas estas medallitas que les ponen a los oficiales, todas las condecoraciones y extrapolé esta reflexión a la vida real. 

El honor no es una pegatina que te ponen en el brazo, y un premio no es una estatuilla que te entrega un tío al que no vas a volver a ver y a quien no le interesas para nada. Detrás de todas estas medallitas (que, muchas veces no tocan) están los buenos actos. Muchas veces, las buenas acciones, lo que de verdad se merece una condecoración nunca se llega a saber. Estas acciones extraordinarias quedan en lo oscuro, allá donde lo superficial no puede llegar, porque detrás hay únicamente una buena intención, un acto altruista. 

Realmente, cuando los reconocimientos son motivo para peleas, (como en el caso de la peli), las cosas pierden todo su valor y se convierten en un mero fin material. Sinceramente, si las cosas en este mundo funcionan sólo porque hay detrás un premio y nada más, preferiría que se eliminara todo reconocimiento posible. Tal vez  sea entonces cuando obremos por un buen motivo, y no mirando el apartado de "Premios". 

"La felicidad no es un premio sino una consecuencia."


Álvaro M. 

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