lunes, 29 de octubre de 2012

Historia de un proyecto fallido

Hola a todos. Esta entrada es un experimento. Tal vez no tenga ningún sentido en lo que diga, pero aun así creo que tengo que escribirla. Muchos psicologos, psiquiatras y chalados del mismo mundillo dicen que es muy bueno soltar las cosas. Mejor fuera que dentro.

Si notais un toquecillo tal vez sarcástico no os extrañe. ¿Que qué me pasa? Que estoy... bueno, dejemoslo ahi; estoy. Hoy se me ha venido abajo una de mis metas a largo plazo, de esas que dices ¿te imaginas que ...?
Tal vez esté siendo un poco exagerado, pero si os digo la verdad, siempre quise acabar el colegio sin tener una nota sombreada en la evaluación, sin tener ese alfiler que por pequeño que parezca pincha, duele, se clava y queda cicatriz pues yo guardo todos mis expedientes y ahi quedarán esas notas por los siglos de los siglos. Hoy me han dado la noticia que derruía y dinamitaba ese propósito. 5 palabras pueden lograr cargarse 11 años de dedicación. Pero claro, el que las dice se la ... vamos, que le da igual. 

La verdad es que uno se para a pensarlo y se ve a si mismo hace 5 años en la mesa estudiando. 4 años, 3 años, 2 años, el año pasado. Y ves que las has pasado canutas para aprobarlo todo de manera inmaculada. Y entonces te surge en la mente esa escena que has vivido recientemente (por no decir hoy mismo). Te sacan de clase, te apartan a un lado y te dice "Te he suspendido. A ojo, parece que has suspendido." Ole. A ojo. Porque ¿para qué tratar de corregir el examen a ver si se había aprobado?

Hay personas que están acostumbradas. Yo no. Sabía que podría llegar  ese momento, pero no me imaginaba. ¿Que qué sentí?. Todo lo sensible. ¿Que qué hice? Darme la vuelta y salirme del grupo de personas que avalanchaban al profesor  En silencio. No recuerdo muy bien la verdad. Entré en clase, que estaba casi vacía porque la gente se había ido ya a comer. Esperaba despertarme, pero no. Aquí estoy, delante del blog, con la escena en la cabeza, y la cara del emisor (por ponerle un nombre) cunado me dio la noticia. Él ahora mismo está tranquilo "No importa, no pasa nada. Se puede subir la nota, se puede recuperar". Pero el 3 sombreado de gris queda ahí. Es fácil tener un día que te arruine el propio día, pero no es fácil encajar un día que te deshaga un proyecto que tenía 12 años de duración y al cual le quedaba 1 para completarse...

Imagino que esta entrada desaparecerá a lo largo de esta semana o incluso hoy mismo, (es un experimento), cuando vea que no merece la pena siquiera dedicar más tiempo a la propia asignatura. Es hora de levantar la pluma del papel y escribir en otro cuaderno.          X = 0.