martes, 7 de agosto de 2012

Curiosidad(es)

Hola a todos. Hoy vengo a comentar un tema sobre el que llevo pensando desde hace tiempo. No creo que sea filosófico, esta vez no hay frase que resuma la entrada, no hay final de la entrada, ni siquiera hay una base de racionalidad en esta entrada. Es una entrada distinta, una entrada que tal vez muchos no entenderéis, porque nunca habréis pensado un poco más allá de las cosas. Y si se da el caso de que la entendéis, entonces es que os dais cuenta de que "detrás de una sala limpia siempre hay una señora de la limpieza que se ha esforzado en limpiarla" porque os habéis acostumbrado a ver más allá de la cosas. 

Como tal vez se pueda adivinar por el título, vengo a hablar de curiosidades que alguna vez han ocurrido en nuestras vidas. Son curiosidades que te marcan, son hechos que te van formando y de los que aprendes, pero sobre todo, son cosas que parecen que no iban a pasar nunca, hechos que parecen imposibles pero que aun así, ocurren. 

Hay gente que pierde el tren que coge siempre a la misma hora y justo ese mismo día ese tren tiene un accidente. Esas cosas te dan qué pensar. Pero no hay que irse tan lejos para encontrar ejemplos de este tipo de sucesos. Cada uno puede mirar en su propia vida y se dará cuenta de que su vida es el resultado de una serie de sucesos concatenados cuya probabilidad de ocurrir es una entre un billón. 

Fallos informáticos, decisiones que se toman en el último momento, acciones que decides realizar impulsivamente sin pensarlas, imprudencias que realizas cuando toca estar serio... Y después de ver todas esas cosas la única reacción posible es la de maravillarte de ver cómo, si no hubieras hecho eso, no habría pasado. Es tan fácil que no hubiera pasado; basta con que una sola de las cosas que has hecho no la hubieras hecho. Basta con que un día te hubieras levantado distinto, que te hubiera dado pereza algo, que entonces no habrías llegado a donde estás. 

Es como un efecto dominó el cual no sabes donde empieza, pero si te paras y miras atrás tratando de ver cuál era la primera ficha que cayó verás que no eres capaz de avistarla porque, aunque no te dieras cuenta, ya llevan cayendo muchas fichas a lo largo de tu vida. Y entonces te das cuenta de lo difícil que es que una ficha al caer golpee a la ficha contigua en el sitio justo para que caiga de una manera determinada siendo la distancia entre ambas la justa y adecuada, ni mayor ni menor, golpeando así a la siguiente en el sitio específico, y así sucesivamente. 

Tal vez puede llegar un momento en el que pienses que han dejado de caer, que se te ha acabado la suerte de los sucesos improbables, que se han acabado las fichas del dominó. Qué gracia... Aunque no te des cuenta, es en esos momentos cuando más rápido están cayendo y... tiempo después, si te acuerdas de esos momentos, te reirás al darte cuenta de que, paradójicamente, en esta vida las fichas van cayendo para levantarte. 

Álvaro M. 

1 comentario:

  1. Si se piensa desde un punto de vista analítico cualquier cosa en nuestras vidas es resultado de una sucesión de eventos, que si alguno de ellos hubiera variado efectivamente no estaríamos donde estamos ahora. Sin embargo si hubieran variado estaríamos en una situación diferente que del mismo modo ha sido resultado de muchos sucesos encadenados.

    Con esto quiero decir que no es nada mágico, simplemente resultado de nuestras acciones. Somos resultado de las decisiones que vamos tomando y van formando nuestra vida. Pero efectivamente queda muy soñador pensar que el destino cruza las vidas de la gente o somos figuritas en el tablero de juego de Dios encaminados para sus planes...

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